A
veces vengo de la tierra
y
bebo en los charcos,
aullando
mi saber
de
piel agrietada,
Abrazada
a los àrboles
recibo
los temblores del mundo
Huelo
a distancia
los
miedos humanos
que
ahogo hundiéndolos bajo tierra
Araño
montañas
para
afilar mi corazón
y
lanzarlo como un cuchillo
Siembro
rostros de niños
con
alas en los ojos
y
collares de alacrán...
Algun
día crecerá la flor de azafrán
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